Hace mucho tiempo, en un lejano país, vivió una princesa llamada Mafalda.
De niña, era muy parlanchina, simpática y alegre; pero un día, debido a una enfermedad llamada mutismo, enmudeció y no volvió a pronunciar palabra alguna.
Ninguno de los médicos del reino, encontraron explicación al mal de la princesa, porque ella anteriormente había hablado y nadie sabía a que se debía. Sus padres estaban cada vez más desesperados.
Durante muchos meses, pasaron por el palacio cientos de personas dispuestas a hacer hablar a la princesa; cómicos, magos, músicos… pero ninguno de ellos consiguió arrancar una palabra a Mafalda.
Un día, un joven campesino, se encontró en medio del bosque un pajarillo
, y juntos fueron al palacio. El campesino le dijo al pájaro… “ya que ella no puede contarme un cuento, cuéntamele tú”.
El pajarillo empezó a contar una historia muy polémica, y al terminarla, soltó una pregunta al vuelo para que fuese debatida. Ambos empezaron a discutir ya que tenían opiniones diferentes y no sabía cuál de ellos tenía razón. La princesa miraba sorprendida y con ganas de participar en la discusión.
Hubo momento en el que ella ya no aguantaba más y dio su opinión.
Sus padres se quedaron sorprendidos y muy conmocionados, y se lo agradecieron al pajarillo y al campesino por todo lo que había hecho para que ella volviese a hablar.
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